Mi cuerpo siempre me gritó que quería ser escuchado. Desde chico, en la ducha, cuando no podía dejar los brazos abajo y necesitaba sentir el agua correr desde mis manos hasta mis pies. El agua caliente nunca estaba lo suficientemente caliente, y yo jamás tenía los permisos requeridos para bailar el tan liberador pop latino…
Más allá del pinchazo, lo que le preocupaba de hacerse la prueba era el resultado. Aunque ya había recibido comentarios que la hacían dudar, necesitaba que un papel le confirmara lo que su cuerpo estaba manifestando. —Esa está embarazada —le soltó el papá de una amiga, con tan solo verla de reojo unos días antes. …